La Quebrada de Matienzo es un paraíso en medio de la montaña. Limita con Chile, tiene glaciares que dan nacimiento a diversos ríos, humedales, sitios arqueológicos y 100 especies de aves. Constituye un espacio que se encuentra vinculado con el Parque Provincial Aconcagua. Sus componentes y características geológicas, fito y zoogeográficas hacen a esta una unidad ambiental de mucha importancia para la conservación.
Quebrada de Matienzo y la Quebrada de Vacas fueron incluidas en noviembre de 2019, en el sistema de áreas naturales protegidas del Parque Aconcagua, que recibe anualmente entre 300 y 400 mil visitantes. Son 18.500 hectáreas que sumadas a las 67.000 originales de Aconcagua conforman un área natural protegida extensa y rica en recursos. (Ley Provincial 9.205)
Cuenta con 100 especies de aves, 12 de mamíferos, un anfibio y dos reptiles. Aunque contundentes, estos datos son sólo iniciales, ya que está previsto realizar estudios para identificar aspectos y características singulares en la fauna de la quebrada. A la entrada de la quebrada, y bajo la denominación de reserva recreativa natural, se pueden desarrollar actividades recreativas y turísticas con alto valor escénico y paisajístico.
Su nombre hace honor al Tte. Aviador B. Matienzo, quien la madrugada del 28 de Mayo de 1919partió en un aeroplano Nieuport de 165 HP (28C1 N6338) desde el campo de aviación “Los Tamarindos” en Mendoza intentando cruzar la cordillera en una cuadrilla de tres aviones donados por el gobierno Francés.
Sus acompañantes, Parodi y Zanni, que en el mismo empeño se había estrellado cerca de Punta de Vacas dos años antes, desistieron, uno por una falla de motor y otro en Uspallata. En la época no había radios y —probablemente sin darse cuenta— Matienzo siguió solo por el valle del Río de las Cuevas sin que el avión, enfrentado fuertes vientos, consiguiera tomar suficiente velocidad y altura.
Se dice que lo vieron pasar sobre Las Cuevas con una estela de humo y también por Caracoles, ya transpuesta la frontera. Pero las horas pasaban, la autonomía del avión era escasa y no había noticias confirmadas. A pesar de la confianza que se tenía en la serenidad y pericia del aviador ya al día siguiente la situación era alarmante. Argentina y Chile iniciaron dificultosas tareas de rescate que los temporales invernales clausuraron.
El 18 de Noviembre una comisión de policías y civiles encontró el cuerpo cerca de las construcciones de la mina de cobre (Casa de Minas) detrás de una gran roca, exactamente en el sitio que después llevaría las placas y los homenajes, justo donde hoy se observa un grupo de piedras
El avión recién fue ubicado en 1950, por los militares argentinos Víctor Bringas y Manuel Svars sobre una empinada montaña, muy cerca de la frontera pero todavía del lado argentino. Estaba medio tapado de piedras, el motor intacto, incluso con aceite. Un altímetro marcaba 3.900 m. El reloj de Matienzo roto, con la manecilla de los minutos marcando el diez.
Parece difícil que Matienzo hubiera logrado pasar la frontera: de regreso hubiera debido trasponer el alto portezuelo chileno que separa los cerros La Parva y Tres Hermanos. Aparentemente agotó el combustible y en un sitio extraordinariamente favorable, hoy quebrada del Avión, consiguió bajar.
Pudo salir caminando del trance. Bajó por terreno nevado no muy empinado hasta la base del cerro Pan de Azúcar y comenzó a desandar el valle principal hacia el sur. Quien recorra el tramo que separa la quebrada del avión y el actual monumento podrá darse cuenta de lo que significó ese tramo en una época desfavorable, con temperaturas tan bajas.
Ubicación: Las Heras – Las Cuevas.
Coordenadas: 32°48’11.55″S – 70° 3’29.32″O
Recorrido: 10 km.
Tiempo estimado: 4 a 5 horas.
Dificultad: baja.